En 1478, los Reyes Católicos crearon el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición para perseguir la herejía e imponer la fe cristiana. Toda la población conversa era, para la Inquisición, sospechosa de judaizar en secreto. Por ello era controlada y perseguida con insistencia. Este ámbito gira en torno a los horrores y las penurias de aquellas personas que fueron perseguidas y torturadas.