En 1985, en las inmediaciones de Llavorsí, se localizó un depósito con 148 piezas de bronce. Estaba constituido por objetos ornamentales (brazaletes, botones, placas de cinturón), hachas, armas (fragmentos de espada y greba, placa de protección para el tobillo), una pieza de guarnición para caballos, plana con anilla o escarapela.
El conjunto estaba escondido, intencionadamente, entre unas piedras. El bronce era un material escaso y cotizado, susceptible de ser reaprovechado continuamente; por este motivo, es posible que este tesoro fuera escondido en los últimos años del siglo VIII o los primeros del VII a. C., con la finalidad de recuperarlo posteriormente.