La artista ha aislado y sobredimensionado un objeto cotidiano para darle una identidad propia. El agua es el elemento protagonista y nos remite al espacio más íntimo de nuestro hogar: el baño. Aquel lugar de higiene personal donde nos desnudamos y nos relajamos, donde nos liberamos de las tensiones, de las malas sensaciones, un espacio propio e intransferible, dejando que el agua resbale sobre la piel, liberándonos de la pesada carga diaria, donde reflexionamos. Un espacio silencioso e íntimo.