Fue realizada en el año 1910 y originariamente estaba formada por tres partes, pero en la actualidad le falta la parte lateral izquierda. Se trata de una panorámica de la escarpada costa de Bretaña con un acantilado conocido por la extraña similitud de su morfología natural con la Gran Esfinge de Gizeh, una visión romántica e intensamente melancólica que Nogué supo tratar con un admirable acierto, al trasladar al lienzo la atmósfera brumosa y el irascible océano de este enclave singular del litoral francés del canal de la Manga.