Entre los miembros del grupo de los celentéreos destacan las medusas, de cuerpo blando formado por un 90% de agua y que, por este motivo, no suelen fosilizarse, salvo en casos excepcionales como el de Alcover-Mont-ral.
Una vez muerto el animal, su cuerpo quedaba enterrado íntegramente, y así se iniciaba también el proceso de fosilización. En la antigua cuenca de Alcover-Mont-ral tuvo lugar una deposición y un entierro post mortem de animales rápidos y sin elementos perturbadores, razón por la cual la preservación de los animales (especialmente de los invertebrados) resulta inmejorable para el conocimiento de la fauna marina del Triásico.