Las lipsanotecas eran unos recipientes con tapa que servían para contener pequeñas reliquias. Durante el período románico y, como en este caso, prerrománico, se situaban en el interior de los altares en la consagración de los templos.
Esta procede de Santa Maria de Lillet y es excepcional por su forma cilíndrica y porque es de las pocas hechas con alabastro. La pieza está decorada con relieves de cenefas geométricas y lleva una inscripción con letras carolingias.