El monasterio de Sant Esteve, fundado en el año 812, es uno de los cenobios benedictinos más antiguos de Cataluña y el origen de la ciudad de Banyoles. Fue construido en lo alto de un antiguo templo tardorromano, del que todavía se conservan vestigios en el subsuelo. La primera referencia documental conocida es un diploma del rey Luís el Piadoso del año 822, que otorgaba inmunidad al monasterio y le confirmaba la propiedad del estanque y de sus aguas.

A lo largo de la edad media y la época moderna, el conjunto sufrió numerosas destrucciones que provocaron que se reconstruyese y reformase en varias ocasiones. Por este motivo el aspecto actual del monasterio responde mayoritariamente a un estilo neoclásico (siglo XVIII). Los últimos monjes benedictinos del monasterio fueron exclaustrados definitivamente a raíz de la desamortización de 1835.

Del conjunto destaca la iglesia, la nave central con tres ábsides, el campanario coronado por un cupulino y el magnífico claustro de dos plantas.