Situado en la cima de una loma, al norte del pueblo de Llordà, encontramos este espacio fortificado del siglo XI. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura no estrictamente religiosa, sino de tipo residencial, de la época Alto Medieval conservados en Cataluña. Arnau Mir de Tost, una de las figuras más importantes de la política de expansión feudal, hizo construir este edificio.

Consta de dos recintos: el inferior, que incluye la iglesia y la canónica, así como lo que debía haber sido el antiguo pueblo; el superior, que constituye el verdadero castillo, donde se sitúa el palacio propiamente dicho, el edificio noble edificado en el punto más elevado, y las estancias del servicio o de la tropa a un nivel más bajo.

En estos momentos este conjunto está siendo objeto de restauración y consolidación arquitectónica, así como de excavaciones arqueológicas que aportarán más datos.