El centro de interpretación, situado en las dependencias de una antigua casa señorial, ofrece un montaje multimedia que pone de relieve un conjunto patrimonial único y permite descubrir cómo era la Manresa del siglo XIV: el mundo de los gremios, las oligarquías y las familias nobles de la ciudad; cómo era la vida cotidiana en una calle medieval y los factores que hicieron posible la construcción de la Sèquia. 

La calle del Balç, que formaba parte del núcleo de la ciudad medieval que se creó alrededor del mercado, en la plaza Mayor, es un ejemplo magnífico del urbanismo medieval. 
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\ De trazado estrecho y sinuoso, la calle se adapta al perfil de un barrancal, con diferentes niveles escalonados, y discurre bajo los porches que se alzan entre casa y casa para aprovechar el escaso espacio que había en el interior de la ciudad amurallada.