El mobiliario de la casa estaba fabricado a menudo por los propios carpinteros del territorio, quienes imitaban las técnicas y estilos de moda de la época.
Las camas, denominadas llits de colga, eran muy habituales en las casas más humildes. Constaban de cuatro patas, más o menos decoradas, que soportaban una gran caja que se llenaba con paja o lana y que hacía las veces de colchón. Según el estatus de la familia, estas camas presentaban más o menos acabados y elementos decorativos.